Relatos gays eroticos
Home / gay topics / Relatos gays eroticos
Yo sabía que su preocupación era verdadera.
—Esa arpía —gruñó mi amigo—. ¡Gracias de corazón a todos nuestros miembros de Patreon por su apoyo inquebrantable! Ahí me preguntó si había dormido bien y no sabía qué responder si o no atine a mover la cabeza no mas no sabia como reaccionaria papá si se lo contaba y ya me habia entrado curiosidad y gusto asi que lo dejé pasar pero juré que cobraría venganza asi que en el transcurso del día yo le saque información a Gaelito acerca de su padre y lo que hacia con él .
El pequeño me dijo todo referente al sexo y me dijo que a él le gustaba yo y me pidio que si podía chupar mi pene yo le dije que ahi no que fueramos a la cueva por el rio y asi fue.
No, Carlos. Armando y Ramón observaban sin parpadear, hipnotizados, como ----- esperando su turno.
Yo tenia 14 años y vivia una vida normal con mi familia, éramos papá, mamá, mis hermanos y yo y nos habiamos mudado de casa; yo soy de Lima, Perú. Fuerzas tocó mi cabeza empezó a gemir y pues me sorprendió a su edad.
Empecé con los huevos uno a uno y pues aquello abarcaba cara completa y pesada después me la quise tragar toda pero no, selo succione y escuchaba respiraciones de relajación y alivio si tuvo a guante hasta que me aventó su leche di como tres tragos, fueron varias ocasiones y la verdad si le ayudaba a su salud, en una ocasión
me acosté arriba de su piernas con mi culo grande hacia arriba viendo TV solo tenía cachetero me daba de nalgadas y solo reía y escupiendolas y si me la dejo rojas y adoloridas.
Al regresar del gym con shorts y tanga azul, el llasavia que tocando me el trasero era que quería baño y como estaba sucio decidí bañarme con él.
Pensé en lo mucho que me hubiera gustado volver a la secundaria en ese momento.
Reírnos sin preocupaciones, tomar a escondidas de nuestros padres, encerrarnos en mi habitación. Cuando te divorcies llegaremos al final.
Me quedé de espaldas contra la puerta, mis ojos abiertos como platos cuando Khalil desabrochó el cinturón y deslizó su mano entre el pantalón y mi tibia piel.
Jadee.
Por un instante sentí que esto le estaba pasando a alguien más, que yo no era ese hombre que se atrincheraba contra la puerta, incapaz de detener la mano fría que avanzaba seductora por mi abdomen hasta mi miembro.
La sola idea, la revelación de lo que estaba haciendo, fue suficiente para que mi pene punzara, se endureció pidiendo atención.
Eso no podía estar pasando.
Llene la tina y lo metí lo enjabone le di unas cuantas jaladas ya estaba erecto como era la primera vez.
Mis patitas temblaban de nervios y justo me pude poner en cuatro en frente de el, enjabone mis nalgas y puse de lado el hilo de la tanga poco a poco me fui ensartando hasta llegar a la base y con mis dos dedos tocar la pelvis y el grosor del abuelo.
Me sorprendió lo dilatado que yo estaba y empecé a a subir y bajar y con más fuerza rebotando agua y en las piernas de abuelo sonido placentero y unos pedotes que sacaba solo me arqueaba de placer y con la cuca tocaba el hombro del abuelo hasta que me aventó su leche dentro caliente una sensación inolvidable que se han repetido muchas ocasiones
Estaba desesperado y esa es la primera de muchas excusas que puse a lo largo del proceso de divorcio para justificar lo que él y yo estábamos haciendo.
Para justificar mis deseos reprimidos por tantos años.
Khalil y yo estábamos en el despacho, esperando a Ivanna.
En lo que los abogados sacaban sus papeles y yo e Ivanna nos ignorábamos como llevábamos haciendo los últimos años, repasé cómo mi relación había cambiado con el hombre que se sentaba a mi izquierda y que apoyaba su brazo en mi espalda. Jorge quedó en el centro, con Armando y Ramón a cada lado, observando cada uno de mis movimientos. Ni en los 5 años que duramos casados ni ahora, que, por fin, estábamos a punto de divorciarnos.
Khalil me miró con las cejas levantadas, luego sonrió de lado.
Yo tenía los nervios a flor de piel, podía sentir que la electricidad que me recorría el cuerpo era una mezcla de emoción con una taladrante ansiedad.
Aún tenía miedo de que todo esto fuera un error, de que mi estúpida apuesta estuviera por tirar por la borda catorce años de amistad.
Cerré los ojos un momento.
O es lo que me digo, de ninguna otra forma puedo concebir lo que dije esa noche.
Khail me miraba con el ceño de preocupación, pasaban de las 2:00 am.
El bar estaba lleno, rebosaba de cuerpos, música, sonidos que yo ya no podía procesar.
—Carlos, ya déjalo. Llevaba meses con problemas de erección. Intenté despertar a papá pero él ni caso.
—preguntó con desafío.
Yo sabía lo que los retos hacían en él.
—Sabes que su padre tiene muchísimo dinero —Me lamenté—. Vamos a pelear por lo tuyo.
—Lo aprecio. «Con razón te decían el burro abue» con poco de sus. Mi corazón latía en mi garganta y él tragó espeso, vi su manzana de adán temblar, abrió la boca, pero no pudo decir nada, la puerta se abrió y ahí estaba Ivanna.
Mi futura exesposa.
Khalil se pasó la lengua por los labios, se puso de pie y estrechó manos con el abogado de Ivanna.
Luego se puso los lentes.
See acast.com/privacy for more information.
El sonido, ese sonido de piel chocando, de jadeos entrecortados.
El mismo sonido que tiene recorriendo mi piel justo ahora, con Khalil gruñendo tan bajo que era apenas audible, conmigo tapando mi boca para evitar gemir, se sentía igual.
Un día llega mi vecino a casa y le dice a papá que ya que estábamos de vacaciones fueramos de camping con nosotros los niños; mis hermanos no quisieron porque eran más grandes así que fuimos papá, mi vecino Gaelito y yo porque mamá tenía trabajo.
Cuando llegamos al campo papa y vecino compraron cervezas y leña para la fogata, todo se preparo y nos pusimos a jugar en el campo con Gaelito mientras ellos bebían y escuchaban música.
Al anochecer papá ya estaba ebrio y el vecino igual así que le dije que iríamos a dormir.